Por Amparo Quintana
De vez en cuando nos topamos con noticias que informan de que una importante compañía del mundo audiovisual, informático o editorial, por ejemplo, demanda a otra por plagio, por usar una denominación similar o por estar comercializando un modelo de algo sin la debida licencia. Patentes, marcas, know how o derechos de autor son conceptos cada vez más frecuentes en una sociedad donde lo palpable va dejando paso a lo incorpóreo de manera progresiva y en la que esas cuestiones adquieren un valor significativo, formando parte del patrimonio activo de particulares y empresas.
Estas propiedades intangibles abarcan un amplio abanico de bienes y es probable que ese espectro continúe agrandándose, habida cuenta del salto cuántico que se está operando en el terreno de la investigación y autoría. Términos como metaverso, que hace unos pocos años era apenas vislumbrado por unos pocos científicos, hoy ha pasado a formar parte de nuestro imaginario común.
Igualmente, la titularidad de cualquiera de tales derechos influye en el control del mercado, siendo frecuentes los conflictos generados por la utilización o el conocimiento de esos bienes fuera del control de quienes se consideran sus legítimos dueños.
POR QUÉ SON IMPORTANTES ESTE TIPO DE PRODUCCIONES
Más allá del beneficio para la empresa u organización que se sirva de ellas e, incluso, para la ciudadanía (pensemos en un himno, una escultura o una vacuna, por ejemplo), suponen para su autor colmar una de las necesidades importantes de toda persona: la autorrealización. Independientemente de cómo surge el hecho creativo (motu proprio o por encargo), resulta indudable que ello reporta para quien lo realiza una satisfacción psicológica que reintegra la autoestima y lo motiva para seguir haciendo. De ahí que sea muy importante el reconocimiento de la autoría y que toda cesión de los derechos derivados de la explotación de tales creaciones, descubrimientos o innovaciones deba ir aparejada de una compensación, bien sea de tipo económico o de otra clase.
En este marco, los conflictos normalmente surgen cuando se invade la titularidad de los derechos que una persona o una entidad tienen sobre la obra en cuestión o sobre la licencia de explotación.
Dada la magnitud y diversidad de elementos que comprenden los derechos sobre las propiedades intangibles, puede parecer que, en principio, no es lo mismo el plagio de una canción que la similitud fonética entre dos marcas o la falsificación industrial. Sin embargo, en mediación no se opera con la denominación jurídica del problema y ni siquiera con la naturaleza técnica de mismo, sino que, para facilitar un abordaje eficaz que ayude a las partes a solucionarlo, deberá tenerse en cuenta el origen del conflicto, dado que no es igual si nace de la estructura de un contrato o de un acto administrativo, que de los valores subyacentes en la producción y aprovechamiento de la creación artística, científica, industrial, etc.
Por otra parte, el mundo global ha hecho que muchos de estos conflictos se internacionalicen, lo que en no pocos casos acarrea la coexistencia de varios foros, utilizándose a veces esta ambigüedad en beneficio exclusivo de una de las partes. Es más, esta situación conlleva que en determinadas ocasiones las partes interpongan demandas en países distintos y que las resoluciones adoptadas por cada órgano nacional sea diferente. Ni que decir tiene que es difícil predecir el resultado de cualquier reclamación en estas materias, bien por carencia probatoria o bien por la falta de especialización de los órganos que resuelven, lo que, unido al tiempo que puede tardar en dictarse la resolución final del mismo (tras posibles recursos, incidentes, ejecuciones, etc.), existe un alto riesgo de pérdidas para las empresas, de desgaste emocional para las personas y de pérdida de reputación en ambos casos. Y por si esto fuera poco, muchas veces la patente o el signo distintivo quedan obsoletos antes de que el pleito (o pleitos) concluya. En este sentido, la media de un contencioso judicial se sitúa entre los dos y los doce años.
CUÁNDO PODEMOS ACUDIR A MEDIACIÓN
Quienes nos dedicamos a mediar tendemos a aplicar este modo de resolución de conflictos a casi la totalidad de las disputas, conocedores de sus ventajas y de su utilidad. Ahora bien, de cara al público en general y a sus posibles asesores legales, podemos indicar que es más ventajoso acudir a la mediación que a un proceso judicial o arbitraje en estos casos:
- Coste desproporcionado del litigio en relación a la cantidad en disputa.
- Amplio espectro territorial, por multiplicidad de foros judiciales, lo que dificulta el control sobre el resultado del pleito.
- Acciones legales complicadas con posibilidad de múltiples apelaciones y/o jurisdicciones. Acudiendo a mediación se puede llegar a un acuerdo global que cierre definitivamente el conflicto.
- Pluralidad de partes, lo que normalmente deriva en desequilibrios de poder, diferencia de trato, alianzas entre ellas, microgrupos, etc. En mediación todas las partes actúan en plano de igualdad y los mediadores utilizan las técnicas oportunas para evitar abusos.
- Preexistencia de otros conflictos entre las partes, lo que dificulta la relación y el diálogo entre ellas, necesitándose una intervención que les ayude a redefinir los problemas que las ligan, transformando sus respectivos puntos de vista y buscando aquellos que puedan ser comunes.
- Negociaciones previas en punto muerto. Las causas más comunes de bloqueos se dan cuando alguna de las partes piensa que le asiste una alternativa muy poderosa fuera de la negociación (el llamado MAAN –mejor alternativa al acuerdo negociado-) o cuando todas las partes conciben el conflicto como una controversia competitiva en la que cualquier oferta del contrario se entiende como tramposa, identificando cualquier acercamiento como signo de debilidad (ganar/perder). En estos casos, los mediadores, como profesionales expertos en la gestión de conflictos, saben qué herramientas aplicar para reconducir la situación hacia una negociación colaborativa.
- Pluralidad de conflictos. En mediación se abordan de acuerdo a su origen o fuente, siendo secundaria su definición jurídica o té
- Cuando la confidencialidad de los asuntos tratados es muy importante.
Por último, recordarles que, si empresas como Apple, Sony, L’Oréal o Visa acuden a mediación para solucionar sus conflictos ligados a esta materia, ¿por qué no ustedes?
CONFLICTS DERIVED FROM CREATION AND INNOVATION
By Amparo Quintana
From time to time we come across news that an important company in the audiovisual, computer or audiovisual world, for example, sues another for plagiarism, for using a similar name or for marketing a model of something without the proper license. Patents, trademarks, know-how or copyright are increasingly frequent concepts in a society where the tangible is progressively giving way to the incorporeal and in which these issues acquire significant value, forming part of the active heritage of individuals and Business.
These intangible properties cover a wide range of goods and it is likely that this spectrum will continue to widen, given the quantum leap that is taking place in the field of research and authorship. Terms like metaverse, which a few years ago were barely glimpsed by a few scientists, today have become part of our common imagination.
Similarly, he ownership of any of such rights influences market control, with frequent conflicts generated by the use or knowledge of these assets outside the control of those who consider themselves their legitimate owners.
WHY ARE THIS TYPE OF PRODUCTIONS IMPORTANT?
Beyond the benefit for the company or organization that uses them and even for the public (think of a hymn, a sculpture or a vaccine, for instance), they suppose for their author to fill one of the important needs of every person: self-realization. Regardless of how the creative act arises (motu proprio or on request), there is no doubt that it brings psychological satisfaction to those who carry it out, which restores their self-esteem and motivates them to continue doing. Hence, the recognition of authorship is very important and that any transfer of rights derived from the exploitation of such creations, discoveries or innovations must be accompanied by compensation, whether financial or otherwise.
In this framework, conflicts normally arise when the ownership of the rights that a person or an entity have over the work in question or over the exploitation license is invaded.
Given the magnitude and diversity of elements that comprise the rights over intangible properties, it may seem that, in principle, the plagiarism of a song is not the same as the phonetic similarity between two brands or industrial counterfeiting. However, mediation does not operate with the legal name of the problem and not even with its technical nature, but rather, to facilitate an effective approach that helps the parties to solve it. The origin of the conflict must be taken into account, given that it is not the same if it arises from the structure of a contract or an administrative act, than from the underlying values in the production and use of artistic, scientific, industrial creation, etc.
On the other hand, the global world has caused many of these conflicts to become international, which in many cases leads to the coexistence of several forums, sometimes using this ambiguity for the exclusive benefit of one of the parties. Moreover, this situation means that on certain occasions the parties file lawsuits in different countries and that the resolutions adopted by each national body are different. Needless to say, it is difficult to predict the result of any claim in these matters, either due to lack of evidence or the lack of specialization of the bodies of law that decide. On top of that, another factors muss be considered, for instance the time it may take to issue the final resolution of the claim, (after possible appeals, incidents, executions, etc.), the risk of losses for companies, emotional exhaustion for people, as well as the loss of reputation in both cases. And to top it all, many times the patent or the distinctive sign becomes obsolete before the lawsuit (or lawsuits) concludes. In this sense, the average for a judicial dispute is between two and twelve years.
WHEN CAN WE ATTEND MEDIATION
Those of us who are dedicated to mediating tend to apply this kind of conflict resolution to almost all disputes, aware of its advantages and its usefulness. However, for the public and their possible legal advisors, we can indicate that it is more advantageous to go to mediation than to a judicial process or arbitration in these cases:
1. Disproportionate cost of litigation in relation to the amount in dispute.
2. Wide territorial spectrum, due to the multiplicity of judicial forums, which makes it difficult to control the outcome of the lawsuit.
3. Complicated legal actions with the possibility of multiple appeals and/or jurisdictions. By going to mediation, you can reach a global agreement that definitively closes the conflict.
4. Plurality of parties, which normally leads to power imbalances, different treatment, alliances between them, micro-groups, etc. In mediation, all parties act on an equal footing and the mediators use appropriate techniques to avoid abuse.
5. Pre-existence of other conflicts between the parties, which hinders the relationship and dialogue between them, requiring an intervention that helps them redefine the problems that bind them, transforming their respective points of view and seeking those that may be common.
6. Previous negotiations in deadlock. The most common causes of blockades occur when one of the parties thinks that a very powerful alternative outside of the negotiation is assisting them (the so-called MAAN -best alternative to the negotiated agreement-) or when all the parties conceive the conflict as a competitive dispute in in which any offer from the opponent is understood as cheating, identifying any approach as a sign of weakness (win/lose). In these cases, mediators, as professional experts in conflict management, know what tools to apply to redirect the situation towards collaborative negotiation.
7. Plurality of conflicts. In mediation they are addressed according to their origin or source, their legal or technical definition being secondary.
8. When the confidentiality of the matters dealt with is very important.
Lastly, I would like to remind you that if companies like Apple, Sony, L’Oréal or Visa resort to mediation to resolve their conflicts related to this matter, why not you?